Temas: Electricidad, Energía, Legislación, Opinión

Partiendo de la premisa de que tenemos la obligación de ahorrar en nuestros consumos energéticos porque es una de las partidas que más ha subido en la cuenta de explotación de los negocios (la luz ha triplicado su coste para la inmensa mayoría de establecimientos y centros comerciales), desde el CEL consideramos que las restricciones aprobadas por el gobierno nos parecen medidas improvisadas, puramente cosméticas y simbólicas que no servirán para resolver el grave problema de la carestía y encarecimiento de la energía y la dependencia del gas ruso.

Una vez más el Gobierno hace un lavado de imagen, -atendiendo a las exigencias europeas-, y aprueba un decreto intervencionista que contiene medidas de ahorro y gestión energética en climatización sin contar con las actividades privadas afectadas, sin flexibilidad y si atender a las diferencias territoriales o sectoriales. Son medidas que afectarán negativamente al consumo y al turismo, en un momento en el que se están dando señales de frenazo en la actividad económica y en el empleo. Otra vez se le da un nuevo “palo” a la hostelería y al comercio, sin que apreciemos que el Gobierno sea ejemplarizante en ahorro, más bien todo lo contrario.

Por otro lado, será será muy difícil de vigilar y controlar y no sabemos muy bien quién tendrá que hacerlo. Lo que sí tenemos claro es que las empresas y negocios tienen que tener implantadas medidas de eficiencia energética pero rechazamos que el Gobierno nos imponga por decreto exigencias de control de temperatura y luz en nuestros establecimientos.