Temas: Economia

Según los últimos datos del INE, el tejido empresarial español adolece de tamaño, lo componen principalmente pequeñas y pequeñísima empresas, en un porcentaje mucho mayor que en el del resto de las economías desarrolladas, lo cual hace pensar que existe una relación directa entre tamaño medio y crecimiento, e incluso podríamos decir que empleo.

Si la situación es así a nivel nacional, peor o mucho peor lo es a nivel provincial. En León, el tejido empresarial se compone principalmente de autónomos –empresas con ningún trabajador- más del 52%, otro 30% con uno o dos trabajadores y un 10% más con una plantilla de entre 3 y 5, con estos apartados contamos ya con el 92% del total. En el otro extremo, apenas un 0,3% tiene más de 100 trabajadores.
A pesar de que se suele hablar de que las empresas pequeñas son más flexibles y dinámicas, que se adaptan mejor a las situaciones, lo cierto es que el tamaño supone la existencia de numerosas oportunidades que proporcionan una mayor productividad y por ende competitividad que, a la postre, redundará en más empleo.

Las grandes empresas tienen una mayor capacidad de financiación, bien propia (capitalización), bien ajena (restricción en el crédito), lo que les permite afrontar nuevos proyectos, inalcanzables para los pequeños. Proyectos que pasan por adquisición de mejor maquinaria, tecnología o personal que implemente una mayor productividad a la empresa, en forma de economías de escala eficiencias en la gestión o nuevos mercados.
El tamaño es por lo tanto un reto que se debe afrontar no sólo desde los propios agentes económicos, sino también por todas las instituciones afectas, eliminando las trabas y facilitando el crecimiento empresarial.