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Los datos del paro y afiliación a la Seguridad Social, conocidos hace unos días, donde se cerraba el año con 4,7 millones de parados, y un descenso, el primero, desde el año 2006, de más de 147.000 personas y una reducción en el número de afiliados de 85.000, para alcanzar un nivel de ocupación de 16,36 millones, certifican cierto cambio de tendencia en la economía española a la espera de que próximamente se publiquen los datos de la EPA y los corroboren.

El panorama general está cambiando porque comienzan a aparecer noticias optimistas, más allá de un análisis en profundidad donde pudieran aparecer matices y sombras. Vamos a quedarnos con eso: menos parados al final del año y una afiliación a la SS que repunta en el último trimestre.

Hay más informaciones positivas publicadas estos días. La debilidad interna ha provocado que las empresas busquen alternativas y las encuentren en el exterior: fuente principal de buenas noticias. Aparte del comportamiento de las exportaciones, que ha permitido lograr un histórico saldo positivo en la balanza de cuenta corriente corrigiendo y reduciendo la posición deudora frente al resto del mundo, otro factor entra en consideración y es el aumento en los ingresos por remesas (novedad en este año). España ha dejado de ser un país receptor para convertirse en emisor de mano de obra, de manera que, por un lado, disminuyen las remesas enviadas un 1,4% y aumentan las recibidas un 3%. Bien es cierto que este flujo entraña connotaciones negativas, pero hoy vamos a quedarnos con lo bueno, ya habrá tiempo de analizar la salida de trabajadores.
Pero además la inflación parece controlada y se despejan los riesgos de deflación, con lo que el potencial exportador se mantendrá. Es cierto que la recuperación, ligerísima, de la demanda interna hará también que las importaciones aumenten, pero no parece descabellado pensar que si en el tercer trimestre se creció un pírrico 0,1%, el del último trimestre lo supere claramente, 0,4%, con lo que habrá más empleo, menos prestaciones y menores presiones en el gasto público.
La cosa va pintando.